Diario de la erupción del San Juan, narrado por Carlo

Hoy es el 2 de Agosto de 1949

Epílogo:

El 12 de agosto de 1949 tuvo lugar la gran despedida. Para los palmeros viajar a países lejanos no es algo extraño, pero en ese entonces Noruega no era un país cualquiera al que se pensaba emigrar. Muchos vinieron a despedirse. Y luego, en un momento, ya no vimos La Palma.

La montaña ya estaba otra vez tranquila, y la población volvió a la rutina.

El abuelo Manuel y la abuela María Marlene se mudaron a Garafia. No los volvía a ver más.

Tía Almodena vivió algunos años en nuestra casa en Los Llanos, luego tío Gregorio se enroló como maquinista a un ferry, y la familia se mudó a Gran Canaria. Pronto Ana se casó con un hombre de Cuba. Ya no volví a saber nada de ella. Francisco pasó algunos años haciendo viaje con cal y otras cargas, luego se fue a la península donde "parece que se convirtió en alguien".

De aquí en adelante los padres de Julio vivieron en una finca en Brena. Ramón estuvo unos años en Inglaterra y se hizo carpintero. Hoy en día vive retirado con su mujer en Brena - no está muy bien de salud. Julio terminó la escuela obteniendo un magnífico certificado y después aprendió en Tenerife el oficio de mecánico de precisión. Él se especializó en aparatos de medición y en la construcción de dispositivos astrofísicos. Digamos que vive holgadamente.

Hace poco, madre pudo festejar su cumpleaños número noventa rodeada de su familia - yo tuve algunos hermanos más pequeños. Padre Leif falleció hace ya mucho tiempo, él era bastante más mayor que madre. Ella nunca volvió a ver La Palma. Al festejo vino Julio con su esposa y una hija llamada Almodena. La sorpresa fue tan enorme como la alegría.

Nadie volvió tener noticias de Rubens. Julio contó que él estaba también muy sorprendido cuando desapareció así del mismo modo que había llegado.

Yo visito periódicamente La Palma. En primavera Julio y yo nos encontramos para pasar una "semana de volcanes" y revivir los acontecimientos de entonces. Estuvimos en los pozos de lava y en los cráteres. Buscamos los viejos caminos y los encontramos. La duración de una vida humana no es perceptible para la montaña. - Nos sentíamos como si recién hubiese pasado todo.

Así le puede pasar al peregrino que desde el refugio encuentra el camino que sube y en el borde del Hoyo Negro vislumbra cual increíble sierra de nubes de polvo provino de esta chimenea. Esta imagen del cielo no sólo "llovió" polvo sobre La Palma, sino también sobre La Gomera y El Hierro, donde las personas vieron como grises columnas cubrieron la tierra. Quizás el caminante se atreve al abismo del Duraznero, pero cuidado, ¡todavía hay gases en estas hendiduras! Aún se puede encontrar algún que otro pedazo de azufre aunque el cráter está vacío desde hace mucho. En algunos viñedos se han descompuesto sustancias amarillas que han favorecido a unas buenas cosechas. El lago de lava del Duraznero impresiona por su color negro pero el Llano del Banco por su fuerza escondida. Aquí se encuentra el caminante cara a cara con la antigua esencia de la Madre Tierra.

Si estos relatos ayudan al lector a compartir el entrañable sentimiento por La Palma y su gente, entonces somos amigos de la isla que están unidos a través de esta cordialidad. Y en este sentido les agradezco a todos por las semanas enteras de compañía en la búsqueda del volcán y me despido hasta la próxima vez.

Vuestro Carlo.

59 años después | volver



Mientras Carlo nos cuenta sus aventuras del San Juan, por las tardes giro la "Webcam" en dirección Cumbre Vieja, donde todo esto succedio.

Traducido del Alemán al Español por Silvina Masa