Diario de la erupción del San Juan, narrado por Carlo |
Hoy es el 24 de junio de 1949 - San Juan
Por la tarde, el profesor y Ramón se habían abastecido de agua. Por la noche avanzaron por el Llano del Banco hasta la parte norte del barranco de Magdalena. Contrariamente a lo que creían, casi no encontraron fugas de gas o de vapores de agua. A la madrugada, Rubens se decidió a subir al barranco para buscar demoliciones y grietas. A través de las mismas quería deducir el foco de la posible erupción. Él convenció a Ramón para que se quedara porque, en el ansia del saber, pues, el riesgo es incalculable. Como pastor, Ramón tenía un gran sentido de responsabilidad; y en su interior, desde hacía mucho ya se había decidido a no dejar a Rubens solo.
Continuamente se quebraban piedras y caían estrepitosamente en el fondo. Aquí arriba, los movimientos de la montaña no eran tan solo palpables, sino también visibles. A Ramón le pareció una locura que Rubens se atreviera a bajar el barranco superior en ese lugar. Él se quedó arriba y mantenía los ojos en el lado opuesto. Allí el ascenso duró media hora. Rubens llegó con esfuerzo a la parte sur del barranco y enseguida corrió sobre el monte en dirección al Nambroque. Él tomó fotos de las grietas que se habían formado y anotó los lugares en su cuaderno.
Había subido el sol e iluminaba un vaporoso aire sobre las alturas de las que Ramón miraba hacia abajo. Rubens le hizo señas para ir más hacia el sur. Algunas personas de la parte este, como después se destacaría, se venían desde Los Charcos. Rubens llego hasta Ramón jadeando y tosiendo. "Está largando mucho gas, ¿pero dónde? Luego siguió hacia el sur, para El Fraile. Ramón encontró que todo el espaviento era una locura y echó una mirada hacia Brena, mientras continuaba caminando. El aire era sofocante. Rubens se había sentado sobre el monte y anotaba todo lo que veía. Sobre la cumbre del Nambroque apareció un hombre y hizo señas. "Cuando comience va a pasar aquí. Estoy convencido de que sale al lado de alguna vieja abertura. ¿sabes por qué, Ramón? Tú ves allí abajo las grietas. ¡Ahí se parte la montaña! ¡Pero nosotros vamos a ver dónde hay otras grietas!"
Ellos estaban acostados en el terraplén del Fraile y miraron hacia el sur. Los constantes golpes terrestres y el tronar que cada vez se hacía más fuerte
aumentaron el miedo de Ramón. En cambio, Rubens se encontraba verdaderamente asombrado: "Aquí no nos pasa absolutamente nada, aquí puedes estar tranquilo. Un volcán de este tipo nunca erupciona en el mismo lugar, el siempre busca el camino más fácil a lo largo de la vieja elevación que parece una colina. Pues, tú ves aquí y allá que todos son picos ancestrales!" Un violento golpe recorrió la sierra. Ramón tuvo la sensación que el había sido arrojado por el aire. Rubens fue levantado por los aires con cámara de fotos preparada. Con un violento tronido y bufido se resquebrajó el flanco este en varias zanjas, cuyos bordes en que los gases emanantes ascendían hasta que se dispersaban en el aire. Luego todo se calmó por un momento. Ramón maldijo al día en que había conocido a Rubens y sus maldiciones se fueron abajo en un aullido y tronido con el que había comenzado, en realidad, ahora la erupción. El flanco este verdaderamente fue volado, desde la garganta ahora emanaban ascendentemente chorros de gases, masas de polvo y piedras incandescentes eran lanzadas por el aire. "¡Allí viene algo! gritó Rubens. "¡Recién ahora se liberó de su presión! ¿Qué te parece, que tipo de magma es? Eso todavía da una tremenda erupción. Es muy típico, empieza como el Stromboli que dura un par de días, recién después viene el magma. Quizás vuela algo más de acá, entonces mejor deberíamos irnos!" Rubens mantenía un monólogo y fotografiaba.
Ramón le había gritado. Rubens no lo tomó en serio. El hombre del
Nambroque hacía señas y señas sin parar, Ramón se dio cuenta que esa persona era su padre. Dejó todo y corrió cuesta abajo hacia el Nambroque.
Hoy es San Juan. La erupción en la Cumbre Vieja ha recibido ese nombre. El que busca un volcán llamado San Juan busca inútilmente. Éste fue la primera erupción en la sierra del Duraznero. Siguieron otras erupciones bajo el nombre de San Juan pero esas son otras historias.